lunes, 3 de agosto de 2009

La operación Silencio





RADIO PLACERES INFORMA:

OPERACIÓN SILENCIO EN VALPARAISO

Al mediodía del jueves 30 de julio, comenzó en Valparaíso la “Operación Silencio”.

La Brigada de Ciber Crimen de la Policía de Investigaciones allanó y bajo las transmisiones de la radio 2000 de Montedónico y de la Radio UV-15 del Cerro Las Cañas.

A las 11:30 horas del mismo día, llegó un fuerte contingente policial de la PDI hasta los estudios de la Radio Placeres , con claras intenciones de bajar nuestras transmisiones.

La Asamblea de Radio Placeres ha decidido resistir este operativo que es parte de una estrategia de cercenamiento de la libertad de expresión, impulsada por el propietario de la Radio “Congreso” el patético concejal de la Alianza , Eugenio “Tiqui Tiqui” González, quién en su calidad de Presidente regional de ARCHI interpuso una querella en contra de las radios sin fines de lucro en nuestra zona, para acallar las expresiones populares y comunitarias que rompen con el cerco informativo oficial.

Esta operación policial no solo atenta contra la libertad de expresión, sino que coarta gravemente el derecho de la ciudadanía a formarse opinión a partir de diversas fuentes informativas y se da en el marco de una ofensiva general de represión a las luchas de los pueblos originarios, de criminalización de la protesta social y de cierre de los espacios alternativos como el Galpón “Víctor Jara” y el Estadio del mismo nombre.

Rechazamos esta ofensiva empresarial de silenciamiento cuyo principal objetivo es continuar lucrando sin restricciones, negando el espacio necesario en el dial para expresiones de organizaciones gremiales, estudiantiles, culturales, poblacionales y sindicales.

Rechazamos la criminalización implícita, que conlleva un procedimiento policial contra ciudadanos que solo hacen uso de derechos garantizados, incluso en la constitución de Pinochet.

Estos métodos dejan en evidencia, al servicio de quiénes están el sistema judicial y las policías, y la imperiosa necesidad de reformularlos para ponerlos al servicio de los pueblos y los trabajadores. Reivindicamos nuestro derecho a entregar comentarios, noticias, buena música, humor, alegría y buena onda a la comunidad porteña, luchando contra el monopolio de los medios de comunicación que niegan espacios de identidad y libertad.

Llamamos a nuestros vecinos y vecinas, amigos y amigas, auditores y auditoras a impedir estos abusos de poder; a las organizaciones sociales a defender su derecho a la libertad de información; a los comunicadores populares a no dejarse amedrentar y resistir las medidas abusivas impulsadas por quiénes se creen dueños de Chile; y a la comunidad internacional a solidarizar con las radios agredidas.

Nuestro apoyo irrestricto a los hermanos de la Radio 2000 de Montedónico y a la radio UV-15 del Cerro Las Cañas, y nuestros agradecimientos a la red de medios de los Pueblos por su respaldo y apoyo.

NO AL SILENCIAMIENTO DE RADIOS POPULARES!

LIBERTAD EN EL DIAL!

CONTRA EL MONOPOLIO COMUNICACIONAL.

ASAMBLEA RADIO PLACERES

domingo, 26 de julio de 2009

Roma

Un hombre yacía muerto afuera del bar Roma, se rumorea que bebió para olvidar las penas. Santiago Wanderers había perdido en el último minuto

jueves, 23 de julio de 2009

Los Idolos




Donde quedaron nuestros ídolos
Esos que tanto admirábamos
Ante los cuales nos arrodillábamos

Donde quedaron nuestros ídolos
Donde quedo la figura paterna
A la que hay que respetar
Y a la vez amar

Donde quedaron nuestros ídolos
Nos llego el viejazo
Ningún joven nos respeta

Donde quedaron nuestros ídolos
Donde están las eminencias de la universidad
A las que había que temer
Pero a la vez admirar


Donde quedaron nuestros ídolos
Los fachos renegaron a Pinocho
Y es peligroso recordar
Un socialismo utópico

Donde quedaron nuestros ídolos
La Internet los ha devorado
La juventud es su propio ídolo
El mundo esta devastado


Donde quedaron nuestros ídolos
Comidos por la idiosincrasia
Se resalta el valor individual
Ya no hay ídolo para nadie
Ni tampoco nada que amar

Donde quedaron nuestros ídolos
Jesús se achica cada vez más
Y las iglesias ya van a cerrar

Donde quedaron nuestros ídolos
A la avenida del libertador
Ya no se le llamara igual
Para hacer más corta la distancia
Alameda sonara bacán



A donde vamos a parar sin ídolos
A donde vamos a parir sin ídolos
A donde vamos a morir sin ídolos
Donde quedaron nuestros ídolos

Los Rotos




Cuando la cerveza se acaba y el ambiente se pone turbio, siempre ocurren eventos desagradables. Los Regguetones sonaban y la gente bailaba. Hace cuatro meses que el grupo de amigos de colegio no se juntaba, las risas iban para todos lados y hasta los más mateos y recatados entraban en el juego. Entre broma y broma nadie se percato de lo sucedido.

“Quiero saber en este instante quien fue el roto que me robo el pendrive” , caos. El hombre había dejado su aparato encima de la mesa junto a los parlantes, nadie vio como paso. Se busco por todos lados pero el alcohol hacia la tarea muy difícil. El curado odioso siguió tirando improperios contra su publico “ Cómo pueden ser tan rotos los weones, los conozco desde chicos, pero esta wea es de rotos”. La plebe intentando no buscar pelea se compadeció del hombre y lo ayudo. Todos se revisaron los bolsillos y comenzaron las sospechas hacia los demás, vivían su propio ¿Dónde esta Elisa?.

El ebrio se fue sin su pendrive, comprendió que no sacaría nada con buscar lo inbuscable. Al irse, todos quedaron con un sabor amargo en la boca, sabían que no eran culpables pero de igual manera se sentían golpeados, todo por culpa de esa palabra.

Los rotos se sintieron mirados a menos, incluso más de uno exclamo “ Que nos tratai de rotos”. La palabra roto tiene todo un trasfondo sicológico que analizar, roto es una ambigüedad de clases, es el termino despectivo de una clase sobre otra, ustedes los rotos, ustedes los obreros, ustedes las prostitutas, nosotros los empresarios y latifundistas.

La palabra roto es una variación de el despectivo “China” ocupado por el famosísimo Señor de la querencia, solo que este es utilizado para la mujer. El roto es global, uno se siente pasado a llevar sea quien sea. Uno nunca quiere aparentar ser un roto (Siúticos), como lo demuestra nuestra historia Chilena que hasta el día de hoy heredamos; no tener nada y aparentarlo todo. Al revés, si un roto lo es y se siente como tal, al decírselo en su cara su psiquis se vera afectada, se pondrá agresivo y el resentimiento aflorara por los poros.

Que un roto te diga roto es como comer mierda y chupar un escupo del suelo, una patada en las weas. Los clasismos de la realeza española y la configuración de la historia chilena puden ser vistos en un solo carrete de ex – compañeros de colegio. El latifundio, el campesinado, la prole, los grandes empresarios, los que aparentan algo que no son, los desclasados, los conformistas, los conflictos morales de siglos, nuestro bicentenario se vio en el carrete de los rotos.

Los rotos del evento quedaron tristes, media hora después de las palabras del hombre, la junta se disolvió, todos comentaron el suceso y no paso a mayores. Se comprometieron a buscar el pendrive al otro día, cuando el sol vislumbrara una mejor visión de este mundo tan oscuramente catalogado.


Rotos connotados:

Condorito:



Compadre Moncho :




Epidemia:




Kike Morande :




Charles Chaplin :




Movies Sobre rotos :

Vea a Pancho Melo como un roto mayor en : EL ROTO: PERJUDICAME CARIÑO ( MUY DIFICIL DE ENCONTRAR)

Julio Comienza en Julio ( Silvio Caiozzi - 1978 )




Que ROTERIA MÁS GRANDE

miércoles, 8 de julio de 2009

Continua el Ocaso de Michael



El Asesinato De Michel Jackson

Dar lo mejor de sí, en el menor tiempo posible hicieron de la estrella del pop uno más de la lista de famosos muertos, estos son los excesos de nuestro bien acomodado Capitalismo Salvaje.

Para escapar de una realidad que te persigue, más de 500 millones de dólares en deudas se estima, lo único que le queda hacer al hombre es programar cincuenta conciertos al año, con una exigencia física importante para la estrella. La mejor solución para escapar aunque sea por unas horas de esta horrible realidad, son las muy conocidas drogas, en el caso de Michel Jackson el cuestionado Demerol, que según los entendidos produce efectos comparables con la morfina, una fase anterior a la etapa del sueño (Intente ponerse audífonos con música de su agrado antes de irse a dormir y experimentara sensaciones únicas, no comprenderá donde se encuentra, ya que esta en un limbo entre el sueño y la realidad), esto es comparable incluso con un simple pastabasero de una de las tantas poblaciones de nuestro país, para escapar de la extrema pobreza y los problemas sociales que acarrea, una quemada en pipa de bronce y listo, se borra un rato de esta puta realidad.

El cerebro detrás del paso “Moonwalking” , fue machacado desde pequeño por su padre déspota y adivinen el porqué de todo esto, el porqué destruirle la siquis a un niño de cuatro años obligándolo a cantar a través de correazos ; todo sea por el bendito dinero.

Esta realidad es un suicidio dice la letra de un grupo de música muy amigo mío, y que certeza tienen, esta realidad no es más que un suicidio, un circulo de autodestrucción .El stress y la depresión son propias de nuestra posmodernidad, la prensa chupasangre necesita ver sufrir para ser comprada por los tontos lectores que reaccionan ante una muerte, tal como este sicópata escritor, que se decide a escribir por una figura creada por los medios, que en el fondo contribuyo con unos millones de dólares para África en una marketeada canción titulada: “We are The World” que en el fondo es representativa de el rey del pop, el era el mundo, el representa los males en los que estamos sumergidos, el stress por la gira, los rumores de pedofilia, la psicopatía de creerse niño, las drogas para soportar el dolor.

El rey ha muerto (otros dicen que sólo simbólicamente ya que su musica nos deja un gran legado, otros en cambio, los más escépticos como yo, que creemos que simplemente se fue a la isla de Marlon Brando pensando que sus discos se vendieran como pan caliente para de una vez por todas pagar las deudas), pero esta muerte no ha sido por el devenir del destino, en la humilde opinión de este escritor el rey ha sido secuestrad, maniatado y posteriormente asesinado por el capital, que en cualquier momento, cuando los índices de cesantía suban y suban, cuando las crisis vuelvan, este capital no tendrá compasión con nadie, miles de personas hoy están como Michel Jackson, intentando escapar de esta maldita realidad, sólo que sus funerales no son trasmitidos a través de cadena nacional.

jueves, 25 de junio de 2009

Ver morir a alguien a través de los medios.




A las cinco y media prendí la tele, canal 13 me recibió con las noticias, el viejo feo que siempre aparece cuando nadie puede hacerlo, informaba de sucesos extraños, Michel Jackson internado y grave. Hoy partió siendo extraño para las celebridades, en la mañana murió Farah Fawcett, un ángel menos, y a ahora esto, pasan los minutos y un medio dice lo que nadie pensó, Michel Jackson dies, el presentador del canal 13 no se atreve a decirlo, pero lo insinúa, “ Lo han encontrado sin respiración en su cama”.

Es impactante la cobertura, más impresionante que el once de septiembre del 2001, Twitter y CNN en español cayeron, la especulación fue grande, lo creíble, un ataque al corazón, en coma y siendo intervenido, pero no, en media hora como un virus que se propaga, la noticia se propaga, Michel Jackson ha muerto.

Y de boca en boca, de Messenger a Messenger, de muro a muro, la noticia se fue haciendo realidad, Michel Jackson muerto y nadie lo confirma. Se siente tan bien informar a cualquiera de la muerte no confirmada de un ajeno, en mi cuenta van por lo menos 10 a los que les he informado de la muerte del ídolo, su reacción : Impacto, incredulidad y tristeza.

Yo sentado cómodamente en mi cama puedo ver el mundo frente a mis ojos, la globalización me entrega el en vivo total del mundo y el paso a paso de la muerte del rey. Alejandro Guiller es el que mejor informa de la situación, canal 24 horas es el que se atreve a confirmar la noticia de la muerte, y en un gran GS(Titulo) rojo informa: HA MUERTO MICHEL JACKSON.

Breaking News, Noticias en vivo, en Facebook todos comentan, y cuando ya pasan las horas y el shock disminuye, todo es menos interesante ya no existe rapidez y estupefacción, las aguas se calman, queda en el tintero la pedofilia del hombre y el limite entre la droga y desenfreno que de seguro llevaron a Michel a morir así, se me viene a la mente la famosa Lady di y su sindrome que de seguro en EEUU ya esta causando efecto. Ha muerto Jackson, Ha muerto el pop, y todo ha sido transmitido en vivo por su cadena favorita de televisión.

lunes, 22 de junio de 2009

Canto libre a la Gripe




Un camión me atropelló
Poco a poco pero me atropelló
Dejo mi cadáver bajo las frazadas
La terciana me cobijó

La epilepsia conciente comenzó
Nadando en los hielos del ártico
Con cuarenta grados de calor

Cultivando papas del huerto
Pelando papas del huerto
Mojando papas del huerto
Colocando en la frente las papas del huerto

Sin poder oler ni sentir
Sobre mis síntomas no podré mentir
El doctor es un semidios
Resuelve el destino de todos

Y se anuncian precipitaciones de pastillas
Largos tragos de agua bendita
El reposo
Las horas malditas

sábado, 13 de junio de 2009

Agustin y Jaime una familia de verdad

Agustin Edwards y Jaime Guzman nos demuestran como deben resolverse los problemas de la familia, con un gran abrazo y un buen vino.

3 discos

Me baje tres discos
aun no los esucucho
pero me parece
que no me voy a arrepentir .





Playa Solitaria



Traga





Pornostar

Identifíquese por favor





Las tecnologías avanzan cada año entregándonos los más sorprendentes adelantos que de alguna manera influyen en la vida diaria. Hoy tenemos el caso de las nuevas cedulas de identidad, estas remplazaran a nuestros actuales carneses a más tardar el 2011, segun el registro civil. Entre los adelantos de estos pasaportes y carnets, están principalmente el almacenamiento de datos, si es cierto , la posmodernidad y la nanotecnología ha llegado a la identidad; con un microchip y GPS integrado junto a una barra codificadora mucho mas avanzada de la que hoy esta disponible en nuestro carnet, los doctores podrán revisar tus alergias, los empleados públicos cobrarte con mayor eficacia, los expendios de alcohol sabrán tu edad verdadera impidiendo la compra de alcohol a un niño borracho y ante una eventual huida de los pacos, tu paradero será de conocimiento publico.

La licitación de esta nueva tecnología caería en manos alemanas, que se encargaran de desarrollar al menos 22 millones de documentos que obligatoriamente deberemos portar, ¿un avance tecnológico o un método más simple de control?.

domingo, 7 de junio de 2009

Poderes

Tres Poderes Del Estado:










Tres Poderes del Mercado :



domingo, 31 de mayo de 2009

Kool Thing



"Si genera competencia e ingresos , debe ser legalizada."
Milton Friedman


Fotito por Magno Espinoza y Artemio Cruz

jueves, 28 de mayo de 2009

Alcoholico romantico

Soy Ronmantico. Cuando tomo sierra morena , me pongo cariñoso

El extraño caso del mozo



Por Jose Hernandez Pradanos



Un extraño y a la vez trágico caso es el que se vivió el 9 de junio pasado en el café literario de la plaza Aníbal Pinto del Gran Valparaíso. Al pedir la cuenta de un delicioso almuerzo que consistía en un menú de panqueques rellenos de verduras, ensalada y postre, los turistas alemanes Arnold Stochner y Antje Ackercknecht nunca sospecharon el terrible desenlace que tendría el pago de este almuerzo. Carlos Sandoval Medina (39 años) llego a trabajar hace dos años al café literario, nunca se quejo de los sueldos y sus compañeros de trabajo lo describen como un hombre tranquilo y callado, muy serio para algunos. A las 2 de la tarde de ese 9 de junio Carlos tomo 2 aspirinas por una jaqueca que le provocaba molestias hace más de dos días, “Pensamos que era el estrés y por eso no fuimos a un doctor, en una semana más partiríamos a Chiloe a relajarnos” comenta la señora María Adela Villagrán, esposa de Carlos. El mozo como todos los días, recibía propina de sus clientes y retiraba la charola con la boleta que indicaba lo consumido, ese día no era diferente y ya había recogido por lo menos 30 mesas , ahora era el turno de la mesa de los turistas alemanes.

Los Turistas alemanes venían de paso por Valparaíso, su barco estaba cargando combustible en el puerto y en unas horas más partirían rumbo Australia, cosa que después del incidente nunca pudieron hacer, ya que se devolvieron directamente hacia Berlín, el impacto fue muy fuerte.
Stochner y Ackercknecht se casaron hace más de 40 años atrás luego de que Arnold hiciera una travesía para cruzar el muro de Berlín, ya que su amada se encontraba en el lado oriental y él en el lado occidental, casi resulta muerto. Al jubilar y celebrar las bodas de plata, gasto su primer bono de jubilación que el estado alemán le daría por sus años de servicio público, en un viaje alrededor del mundo con su esposa, sus hijos estaban encantados con la idea y ayudaron a pagar el viaje; el destino los llevo ha almorzar al café a las tres de la tarde.

“Espero que hayan disfrutado su almuerzo en el café literario, ¿Cómo se dice en alemán?, creo que tanken.” Esas fueron las últimas palabras del mozo Carlos o como lo recordaron en su funeral, el “Hombre Carlos”, apodo adquirido luego de lograr sacar a 30 borrachos de un bar de mala muerte en Playa ancha, todos los borrachos pagaron la cuenta. Los testigos del impactante suceso relatan que todo fue tan rápido que les cuesta describir la imagen, “Fue como, no lo se, entre asqueroso, onírico y trágico” cuenta un poeta que se reservo el derecho de decir el nombre, que justo miraba al mozo y a la pareja de alemanes.

La Estrella de Valparaíso titulo en portada: ´´ Hombre muere por extraño fenómeno nunca visto en el mundo´´, El mercurio: ´´ Hombre explota espontáneamente en café de Valparaíso ´´, y así fue; Carlos al recoger la propina y hablarle algo a los alemanes según testigos, comenzó a hincharse y su cabeza se expandió como un globo al que están inflando, en menos de tres segundos, su cráneo estallo, esparciendo por todo el local restos de corteza, cerebro y sesos. La sangre inundaba el local, el cuerpo de Carlos sin cabeza, quedo tendido en el suelo, la gente salio gritando desesperada del local y muchos que se encontraban empapados de sangre miraban atónitos y sin pronunciar palabra alguna todo lo que ocurría en ese momento ; estaban en estado de shock.

Nadie sabia que poner en el certificado de defunción, según el doctor Cristian Salazar, experto en problemas cerebrales comenta: “pudo haber sido un resultado de la mala suerte que corrió el caballero, se le debieron haber tapado justo unas arterias que hicieron presión en todo su cerebro, por eso al explotar su cabeza, la cantidad de sangre en el local fue en esa cantidad”. El infortunio y el azar del destino fueron los que determinaron este horrible caso que aun no se esclarece del todo y que según los médicos es digno de analizar al tratarse de un suceso único en el mundo.

martes, 26 de mayo de 2009

viernes, 22 de mayo de 2009

Miedo.

En cualquier momento golpean la puerta , tu abres confiado , y te muelen a tiros .

jueves, 7 de mayo de 2009

Tetro : Lo nuevo de Coppola



Luego de años de inactividad Francis Ford Coppolla (El padrino )vuelve con una nueva pelicula que al ver el trailer nos genera expectativa . Ambientada en la Argentina , esta pelicula en ingles - castellano y en blanco y negro , nos cuenta la historia de tetro , un inmigrante italiano que llega a la argentina por venganza . Se esperaban las actuaciones de Javier Bardem(Sin lugar para debiles ) y Matt Dilon(Crash) las que no fructificarón , en su lugar vemos a Vincent Galo y Maribel Verdu ( Laberinto del Fauno)en los roles principales.

Un poquito de surrealismo Aleman



Un videito que me mandó mi amigo Joaquin desde Valdivia .

martes, 5 de mayo de 2009

Poema Al Metro





Me subo al metro en hora pico
la gente esta apretada
en mi trasero siento un bulto
es la hora pico .

Poema a Bernardo O´Higgins





Poema a Bernando O´Higgins

Huacho Culiao
No teni papá
A tu mamá la atravesaron
Cuando era menor de edad .

Huacho culiao
Te miran en la calle
Y te pones a pensar
Lo que desearías por tener
Dos lindos apellidos
Que se te hagan respetar.

Huacho culiao
No teni papá
Tal vez la corona española
Te pueda consolar .

lunes, 4 de mayo de 2009

Matrioshka




Cuando María cocinaba en su casa, cuando lloraba, cuando esperaba la terrible mala hora en que su marido llegaría, pensaba en lo pequeña que se sentía estando con ese horrible hombre, un alcohólico de esos que se ponen violentos al hablarles. Mientras las lágrimas caen al sartén, meten la llave en la puerta y el escalofrío se siente, los moretones empiezan a tomar color y la oscuridad se toma la casa.
Al día siguiente mientras la desafortunada mujer compra el arroz en el almacén de doña Emilia, la vendedora no tarda en darse cuenta de la demacrada cara de María, un vistoso tono morado adorna su ojo derecho . `` Vecina ¿que le paso en el ojo? `` pregunta muy preocupada Emilia , `` es que me pegue por casualidad `` responde tímida María , es ahí cuando Emilia no duda en sacar conclusiones , a esta mujer le pegan en la casa , `` Niña , yo sufrí lo mismo que tú , mi hombre me pegaba cada vez que me veía, por el sólo hecho de verme sufrir , yo al principio me sentía un pequeño insecto , pero mi madre me dio un consejo : nunca debía agachar la cabeza y aceptar lo que me hacían , así que cada vez que venía mi marido , yo tomaba aire y me hacía poco a poco tan grande y fuerte como él , tal como una Matrioshka , fue así que tome la plancha y se la tire con todas mis fuerzas en la cabeza , nunca mas me volvió a molestar `` . María llego a su casa, todo el camino se fue pensando, hizo la comida, y esperó que su marido llegara a casa, lamentablemente María era la última Matrioshka, la más pequeña, la más débil, esas que son la mayoría. Durante el almuerzo sólo hubo silencio.

domingo, 3 de mayo de 2009

Chao Weichafe





´´Muy popero para metaleros ,Muy pesado para los poperos ,demasiado conocidos para los alternativos y desconocidos para las masas ``

Angelo Pierattini , La nación jueves 30 de abril

http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090429/pags/20090429212656.html

lunes, 27 de abril de 2009

Porque no acabamos con los chanchos cuando tuvimos la oportunidad .





De un día para otro quedo la grande , un hermoso chanchito contagio a un cuate y de ahi no paro , fue la venganza de los chanchos , que incluso pudieron haber contagiado al negro Obama . Peru , EEUU ,ESPAÑA , MEXICO , Nueva Zelandia y en un ratito mas , Chile , que divetido sera ver gente aterrorizada con mascaras por el metro , rezando en las iglesias y despertando el terror popular , que hace rato no se veia en este globo .


Movies para Contagiarse : http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=243

Unas nuevas : Exterminio, Resident Evil, Soy Leyenda

jueves, 23 de abril de 2009

El sistema economico en Centellas .





en los 90 :

1 Centella = $100

2 Centellas = $200

3 Centellas = $ 300

4 Centellas = $ 400

5 Centellas = $ 500




2009

1 Centella = $150

2 Centellas = $ 300

3 Centellas = $ 450

4 Centellas = $ 600

5 Centellas = $ 750



SI ESTUVIERAMOS EN LOS 90 , USTED HUBIERA PODIDO COMPRAR 7 CENTELLAS POR EL MISMO PRECIO QUE USTED COMPRA 5 , HACI FUNCIONA LA MAQUINA .

lunes, 20 de abril de 2009

Estos niños no saben lo que dicen.

Peligrosa investigaciòn





Los noticieros aseguraron que había sido un suicido, la prensa escrita acompaño con declaraciones de familiares, el caso se cerro de inmediato en tribunales; el único que sabia la verdad de lo que ocurrió esa noche en la pieza 44 de un hotel del centro, era el mismo cadáver inerte .

El señor Hernández cursaba su ultimo año de la carrera de periodismo, y era hora de comenzar su tesis, tomo su cuaderno de notas, y fue directo al ministerio publico, donde se rumoreaba que dineros habían sido extraviados. Mientras esperaba en la oscura y fría oficina, regada de papeles y sin ningún orden aparente, comenzó a revisar los cajones sin permiso alguno , el encargado del lugar que le daría información crucial para su investigación aun no llegaba. Corrió por la lluvia con su descubrimiento, una boleta, una boleta fuera de todo registro.
Al llegar a su oficina el procurador publico se dio cuenta de que algo no andaba bien, busco en su oficina el papel delatorio, esa boleta que lo implicaba con desvíos de fondos del gobierno para operaciones vinculadas con el narcotráfico, en el momento en que se encontró rodeado de pensamientos de angustia y miedo por saberse la verdad, decidió llamar a un viejo amigo personal de la PDI.
Hernández siempre soñó con ser un periodista, ganado premios y distinciones por lograr la verdad por sobre todas sus cosas; mientras escribía en el computador los dos meses y medio de investigación que partieron con esa boleta (las cuales le significaron mas de 100 amenazas de muerte que recibió en ese lapso de tiempo), se sentía satisfecho por su resultado, se sentía pleno de hacer lo que siempre anhelo. Puso punto final a su investigación de mas de 200 paginas y mando un email a un editor , fue justo en ese momento cuando golpearon a la puerta del hotel , era la comida que había ordenado a recepción , sin tener en cuenta que tras de el mozo , cuatro hombres de civil entrarían a su habitación para matarlo .

martes, 14 de abril de 2009

lunes, 13 de abril de 2009

Unas palabras

Sean connery viene a tocar la puerta y después se va
O sera la muerte que se disfraza de celebridad
Lo mas probable es que le abra y me diga que no se ira
Ya que hay mucha fila en el infierno
Tenga cuidado mijita
Que James Bond sabe como seducir mujeres
Sabe sacarle el tarot sin mirarle las cartas
Que lindo es mirar hacia abajo
Sumisa
Es la verdad .
No tienen necesidad .

Lololololololololollololololololololol1lolollololo1lolololololololololollolollololololol

La cni se esconde entre las personas .

1l = ele o uno


Manfiesto de la artesania de viejos sabios.

martes, 7 de abril de 2009

50 AÑOS - NOVELA CyBERPUNK APOCALIPTICA .







CAPITULO 1 : VISTAZO A LA CIUDAD





Cuando Carlos Lewis se vio rodeado de agentes de gobierno y maquinas programadas para asesinarlo a sangre fría , no tuvo mas remedio que cerrar los ojos y taparse la cara para que las balas no le desfiguraran el rostro ; se encontraba solo en ese viejo callejón del barrio General Hemeterio Alduante , sin ayuda de nadie , los vecinos habían vivido mas de 50 años de terror y nos se darían el gusto de desperdiciar su vida por salvar a un muchacho iluso . Carlos recorrió toda la Alameda en su moto clásica Yamaha de los años noventas ( que era considerada una reliquia por los coleccionistas mas interesados en el tema , incluso en el 2020 le ofrecieron 10.000 escudos por la moto ) , iba a mas de 100 por hora esquivando todos los autos que hacían fila esperando la luz verde , 2 kilómetros tras de el venían a velocidad similar 3 moledores ( como eran popularmente llamados los mecanismos auto-inteligentes , prototipos de robots con 2 ruedas que alcanzaban velocidades increíbles en pistas planas . Equipados con dos armas en cada costado , eran la principal arma del gobierno para controlar a los subversivos . Llegaron a Chile en 2020 al finalizar la segunda guerra civil Chilena , cuando se creo la UOCM ( Unidad Operativa de Control De Masas ) estos proto-robots fueron creados en conjunto por científicos de la universidad católica y científicos japoneses expertos en el tema , el gobierno con el apoyo de Estados Unidos invirtió mas de 5000 millones de dólares en la creación de un ejercito de estos robots ) .

Carlos logro escabullirse entre las lúgubres calles del frió Viejo Santiago ( que correspondía a la parte mas pobre de la ciudad , casi en la miseria ) , entre calle y calle encuentra la escapatoria perfecta , las antiguas ruinas del metro , con cuidado traspaso las rejas rotas con su motocicleta , al entrar miles de vagabundos durmiendo , tosiendo y hablando entre si , ese era su escondite perfecto , el metro , el viejo metro abandonado .

Carlos anduvo en su moto a una velocidad minima para no atropellar a algún vagabundo durmiendo en el túnel , debía llegar a la estación Barrancas , una de las ultimas en construirse antes de que el gobierno se quedara sin fondos para continuar la construcción del metro y su posterior cierre por la mantención ; allí se encontraría con Bárbara H , camarada que le entregaría armas y un pasaporte falso que le serviría para traspasar la frontera y juntarse con el ejercito de los Andes ( conjunto de naciones Sudamericanas en democracia , en contra de el régimen Chileno ) , Carlos al llegar a su destino lo encontró la lluvia , truenos y frío , al llegar al barrio Hemeterio Alduante , y esperar en la esquina indicada de incógnito , y muy camuflado , pero al darse vuelta para mirar para atrás 20 carros del servicio de inteligencia lo seguían , intento correr , pero desde la plaza que estaba a obscuras aparecieron 5 moledores que lo rodearon .

Jose Hernandez Pradanos Escribio.

sábado, 28 de febrero de 2009

Cosmonauta En La Capital .




A las una de la tarde llego la camioneta , dos horas tarde , allí echamos el ultimo cargamento , dos hombres me ayudaron , Manuel , muy callado y atento , el otro de apellido Cotroneo muy histriónico y hablador me extiende su mano al verme y me dice :
- Así que te vas a Santiago – yo con poca confianza le asiento con la cabeza sin decir una palabra , - Que horrible , esa es la peor ciudad en la que puedes estar – se retuerce de la risa , yo lo miro incrédulo por la cruda afirmación .

Con la camioneta lista , una cama , un escritorio junto con platos y demases , cosas imprescindibles en una casa pronto a ser habitada, arranca el motor del automóvil , allí Cotroneo me cuenta de su periplo por Santiago , dos años trabajando en fletes , para el los peores años de su vida , yo escucho resignado , - Santiago tiene 3 reglas fundamentales – me comenta mientras maneja :

1. Nunca confíes en nadie .

A diferencia de Valparaíso , en Santiago hasta tu mejor amigo te intentara cagar , tu le puedes hacer todos los favores del mundo y cuando tu necesites algo de el , te va a tildar de barsa . Difícil para mí ya que mis amistades en la capital son nulas .
.
2. No te impactes con las drogas

En Valpo es de lo mas normal fumarse un pito , pero es poco comun interactuar con la coca o la pasta , Cotroneo me cuenta que debo estar preparado para el golpe psicológico que significara interactuar frente a mis ojos con esas drogas diario a diario , su experiencia lo corrobora , fue invitado a un carrete a La Florida , y antes de entrar a perrear , los muchachos afuera necesitan estar activados o atontados en consecuencia filas y filas de jóvenes fumando pasta antes de entrar a ponciar , el LCD o trip como se le conoce será común , Santiago es donde llega todo el narcotráfico , desde allí se consigue lo que llega a regiones .

3. NUNCA PERO NUNCA CAMINES DE NOCHE .

En Valparaiso para asaltarte por lo menos te piden permiso , allá en Santiago te sacan la tuna y si quieren no te matan , el mejor consejo que me puede dar Cotroneo es : -Levanta las manos y no digai ni una palabra , deja que se lleven todo - Junto con esto me advierte sobre las bandas asaltante : - Cuando iba con mi polola por Estación Central , los vimos , eran cuatro locos con una mujer , les decían los pateadores , yo los vi de lejos y me cambie de calle , pero el hombre que iba adelante mío no corrió la misma suerte , los asaltantes lo tomaron y lo agarraron a patadas en el suelo robándole todo lo que tuviera encima - .

Al llegar a la oficina de mi padre , Cotroneo se sale de la camioneta sin antes preguntarme : - ¿ Y que vas a estudiar ? – yo aun con poca confianza le respondo tímido : - Periodismo – a lo que contesta – Los periodistas son alcohólicos , te recomiendo que busques en Ñuñoa o Providencia , a otra cosa , nos vemos en tu casa para Radiohead – y sin decir mas mi papa se sube en su lugar .

En una hora y media de carretera contando el completo que nos comimos en la bencinera , llegamos a santiago , lo primero que se reconoce es la escuela de los Ratis , luego empiezan a aparecer por las calles los gigantes Transantiagos . Ya con todo dispuesto en el departamento, hay que comprar ampolletas , en Estación Central se encuentra el mall plaza Alameda , un edificio gigantesco lleno de tiendas de ropa y estupideces innecesarias ,¡¡¡¡ ESTE COLOSO QUIEREN PONER EN EL MUELLE BARON !!! , al lado de esto se encuentra el persa , y mientras camino por las angostas calles repletas de gente los veo , los pateadores en una esquina mirando feo , paso a su lado , y mi corazón se hiela , el miedo me invade en cada paso , y las reglas de Cotroneo se hacen efectivas , nunca caminar de noche , y bandas de asaltante , paso al lado de miles de placas de agradecimiento , y veo a San Romualdito , al que todos le ponen velas , allí logro escabullirme y perder la vista de los pateadores , pasado el miedo , encontramos el estacionamiento y a la camioneta de nuevo , luego de dar mas de 17 vueltas en U y mas de tres consultas a peatones , logramos llegar al departamento , llegando a ver el Festival del ahora lejana Viña del mar y Valparaíso.



viernes, 16 de enero de 2009

Uno menos , Nadie Sabe Cuantos Quedan






El día partio algo agitado , mas de 5 amenazas de bomba despertaron a Santiago , miles de argentinos siguen entrando a Chile para bañarse en las pintorescas y televisivas playas de Viña del mar , todos celebran a un piloto que tiro su avion al mar . A las ocho de la mañana las noticias dan un nuevo informativo , a fallecido don Chicho Azua , unos de los grandes de la comedia nacional , el maestro del chiste corto y de doble sentido , el bajito que hasta el ultimo acompaño a Daniel Vilches en las ultimas revistas que van quedando , las verdaderas revistas , no las farandulizadas carpas del Che copete o Mauricio Flores . Hoy muere Chicho Azua y se une al pantenon de los viejos chistosos , Eduardo thompson , que en sus ultimas presentaciones hacia bromas de los dedos que le faltaban por la diabetes , tambien esta el naufrago que murio solo y olvidado . Chicho Azua dijo en un amarillento reportaje de SQP que no queria que fuese olvidado , un extraño fenomeno el de ser recordado , aunque nunca tendra una estatua , siempre quedara en mi mente el chiste de la probeta y la madre en su lecho de muerte , o el ``si señorita , si ´´ . ¿Ahora que se viene ? , veremos morir a otro grande como Daniel Vilches y se ira acabando la genereacion de las revistas , que en Argentina perduran en gloria y majestad , ¿seran los monologos del club de la comedia la futura generacion ? , no , ellos estan hacentados en otra plataforma , ya no se veran mas veddettes con plumas con habilidades de canto , baile y desplante , en los años siguientes aparecera el nuevo Bim Bam Bum , la muerte de Chicho Azua nos hace presagiar que en la nueva sociedad supestamente moderna , se pierde el espectaculo bohemio de la buena revista .

Jose Hernandez P.

martes, 13 de enero de 2009

Que te Mate Un Tren



El Joven Logro ver el futuro y el pasado en los segundos antes que lo atropellara el tren.

En su pasado , se vio vestirse , ver las noticias y tomarse un café , solo pensando en su examen que debería dar el día de hoy , horas y horas estudiando hasta no poder mas , muerto de sueño salio de su casa , confiado de sus conocimientos , lo que no sabia era la construcción del nuevo metro y la precaria señalización del tren , pensando en los cálculos aritméticos y escuchando I Feel Good de James Brown en sus audífonos cruzo la línea , sin olvidar en los últimos segundo mirar a los ojos al conductor de la maquina de hierro .

Al ver su futuro, pasando la construcción del metro, llegaría a la universidad y se enfrentaría al profesor Corvalán, este le daría su prueba, al mirarla pondría en practica todos sus conocimientos de noches anteriores y aunque la prueba estaría difícil y la tensión jugaría un papel determinante, las tangentes y patrones estaban claros, al entregar la hoja con respuestas se sentiría aliviado e iría a su casa a dormir una merecida siesta. Pasaría una semana y el profesor le diría su nota, la cual seria un tres como a nueve . No logrando obtener la beca para irse a España , en su frustración iría donde el tren pasa a mayor velocidad , se acostaría en la línea y esperaría media hora para que pasara , eso si , sin antes de ser arroyado le miraría los ojos al conductor de la maquina de hierro


Algo sobre la muerte y la soledad



MARÍA DOS PRAZERES


(Gabriel García Marquez)


El hombre de la agencia funeraria llegó tan pun­tual, que María dos Prazeres estaba todavía en bata de baño y con la cabeza llena de tubos lanzadores, y apenas si tuvo tiempo de ponerse una rosa roja en la oreja para no parecer tan indeseable como se sen­tía. Se lamentó aún más de su estado cuando abrió la puerta y vio que no era un notario lúgubre, como ella suponía que debían ser los comerciantes de la muerte, sino un joven tímido con una chaqueta a cuadros y una corbata con pájaros de colores. No llevaba abrigo, a pesar de la primavera incierta de Barcelona, cuya llovizna de vientos sesgados la hacía casi siempre menos tolerable que el invierno. María dos Prazeres, que había recibido a tantos hombres a cualquier hora, se sintió avergonzada como muy pocas veces. Acababa de cumplir setenta y seis años y estaba convencida de que se iba a morir antes de Cavidad, y aun así estuvo a punto de cerrar la puerta y pedirle al vendedor de entierros que esperara un instante mientras se vestía para recibirlo de acuerdo con sus méritos. Pero luego pensó que se iba a helar en el rellano oscuro, y lo hizo pasar adelante.
-Perdóneme esta facha de murciélago -dijo-pero llevo más de cincuenta años en Catalunya, y es la primera vez que alguien llega a la hora anuncia­da.
Hablaba un catalán perfecto con una pureza un poco arcaica, aunque todavía se le notaba la música de su portugués olvidado. A pesar de sus años y con sus bucles de alambre seguía siendo una mulata es­belta y vivaz, de cabello duro y ojos amarillos y encarnizados, y hacía ya mucho tiempo que había perdido la compasión por los hombres. El vende­dor, deslumbrado aún por la claridad de la calle, no hizo ningún comentario sino que se limpió la suela de los zapatos en la esterilla de yute y le besó la mano con una reverencia.
-Eres un hombre como los de mis tiempos -dijo María dos Prazeres con una carcajada de gra­nizo-. Siéntate.
Aunque era nuevo en el oficio, él lo conocía bas­tante bien para no esperar aquella recepción festiva a las ocho de la mañana, y menos de una anciana sin misericordia que a primera vista le pareció una loca fugitiva de las Américas. Así que permaneció a un paso de la puerta sin saber qué decir, mientras María dos Prazeres descorría las gruesas cortinas de peluche de las ventanas. El tenue resplandor de abril iluminó apenas el ámbito meticuloso de la sala que más bien parecía la vitrina de un anticuario. Eran cosas de uso cotidiano, ni una más ni una menos, y cada una parecía puesta en su espacio natural, y con un gusto tan certero que habría sido difícil encontrar otra casa mejor servida aun en una ciudad tan antigua y secreta como Barcelona.
-Perdóneme -dijo-. Me he equivocado de puerta.
-Ojalá -dijo ella-, pero la muerte no se equi­voca.
El vendedor abrió sobre la mesa del comedor un gráfico con muchos pliegues como una carta de ma­rear con parcelas de colores diversos y numerosas cruces y cifras en cada color. María dos Prazeres comprendió que era el plano completo del inmenso panteón de Montjuich, y se acordó con un horror muy antiguo del cementerio de Manaos bajo los aguaceros de octubre, donde chapaleaban los tapires entre túmulos sin nombres y mausoleos de aventu­reros con vitrales florentinos. Una mañana, siendo muy niña, el Amazonas desbordado amaneció con­vertido en una ciénaga nauseabunda, y ella había visto los ataúdes rotos flotando en el patio de su casa con pedazos de trapos y cabellos de muertos en las grietas. Aquel recuerdo era la causa de que hubiera elegido el cerro de Montjuich para descan­sar en paz, y no el pequeño cementerio de San Ger­vasio, tan cercano y familiar.
-Quiero un lugar donde nunca lleguen las aguas -dijo.
-Pues aquí es -dijo el vendedor, indicando el sitio en el mapa con un puntero extensible que lle­vaba en el bolsillo como una estilográfica de ace­ro-No hay mar que suba tanto.
Ella se orientó en el tablero de colores hasta encontrar la entrada principal, donde estaban las tres tumbas contiguas, idénticas y sin nombres donde yacían Buenaventura Durruti y otros dos dirigentes anarquistas muertos en la Guerra Civil. Todas las noches alguien escribía los nombres sobre las lápidas en blanco. Los escribían con lápiz, con pintura, con carbón, con creyón de cejas o esmalte de uñas, con todas sus letras y en el orden correcto, y todas las mañanas los celadores los borraban para que nadie supiera quién era quién bajo los mármoles mudos. María dos Prazeres había asistido al entierro de Du­rruti, el más triste y tumultuoso de cuantos hubo jamás en Barcelona, y quería reposar cerca de su tumba. Pero no había ninguna disponible en el vasto panteón sobrepoblado. De modo que se resignó a lo posible. «Con la condición -dijo-de que no me vayan a meter en una de esas gavetas de cinco años donde una queda como en el correo». Luego, recordando de pronto el requisito esencial, concluyó:
-Y sobre todo, que me entierren acostada.
En efecto, como réplica a la ruidosa promoción de tumbas vendidas con cuotas anticipadas, circula­ba el rumor de que se estaban haciendo enterramien­tos verticales para economizar espacio. El vendedor explicó, con la precisión de un discurso aprendido de memoria, y muchas veces repetido, que esa ver­sión era un infundio perverso de las empresas fune­rarias tradicionales para desacreditar la novedosa promoción de las tumbas a plazos. Mientras lo ex­plicaba llamaron a la puerta con tres golpecitos dis­cretos, y él hizo una pausa incierta, pero María dos Prazeres le indicó que siguiera.
-No se preocupe -dijo en voz muy baja-. Es el Noi.
El vendedor retomó el hilo, y María dos Prazeres quedó satisfecha con la explicación. Sin embar­go, antes de abrir la puerta quiso hacer una síntesis final de un pensamiento que había madurado en su corazón durante muchos años, y hasta en sus por­menores más íntimos, desde la legendaria creciente de Manaos.
-Lo que quiero decir -dijo-es que busco un lugar donde esté acostada bajo la tierra, sin riesgos de inundaciones y si es posible a la sombra de los árboles en verano, y donde no me vayan a sacar después de cierto tiempo para tirarme en la basura.
Abrió la puerta de la calle y entró un perrito de aguas empapado por la llovizna, y con un talante de perdulario que no tenía nada que ver con el resto de la casa. Regresaba del paseo matinal por el ve­cindario, y al entrar padeció un arrebato de alboro­zo. Saltó sobre la mesa ladrando sin sentido y estu­vo a punto de estropear el plano del cementerio con las patas sucias de barro. Una sola mirada de la due­ña bastó para moderar sus ímpetus.
-¡Noi! -le dijo sin gritar-. ¡Baixa d'ací!
El animal se encogió, la miró asustado, y un par de lágrimas nítidas resbalaron por su hocico. Enton­ces María dos Prazeres volvió a ocuparse del vende­dor, y lo encontró perplejo.
-¡Collons!, -exclamó él-. ¡Ha llorado!
-Es que está alborotado por encontrar alguien aquí a esta hora -lo disculpó María dos Prazeres en voz baja-. En general, entra en la casa con más cuidado que los hombres. Salvo tú, como ya he visto.
-¡Pero ha llorado, cono! -repitió el vendedor y enseguida cayó en la cuenta de su incorrección y se excusó ruborizado-: Usted perdone, pero es que esto no se ha visto ni en el cine.
-Todos los perros pueden hacerlo si los ense­ñan -dijo ella-. Lo que pasa es que los dueños se pasan la vida educándolos con hábitos que los hacen sufrir, como comer en platos o hacer sus porquerías a sus horas y en el mismo sitio. Y en cambio no les enseñan las cosas naturales que les gustan, como reír y llorar. ¿Por dónde íbamos?
Faltaba muy poco. María dos Prazeres tuvo que resignarse también a los veranos sin árboles, porque los únicos que había en el cementerio tenían las som­bras reservadas para los jerarcas del régimen. En cambio, las condiciones y las fórmulas del contrato eran superfluas, porque ella quería beneficiarse del descuento por el pago anticipado y en efectivo.
Sólo cuando habían terminado, y mientras guar­daba otra vez los papeles en la cartera, el vendedor examinó la casa con una mirada consciente y lo es­tremeció el aliento mágico de su belleza. Volvió a mirar a María dos Prazeres como si fuera por pri­mera vez.
-¿Puedo hacerle una pregunta indiscreta? -preguntó él.
Ella lo dirigió hacia la puerta.
-Por supuesto -le dijo-, siempre que no sea la edad.
-Tengo la manía de adivinar el oficio de la gente por las cosas que hay en su casa, y la verdad es que aquí no acierto -dijo él-. ¿Qué hace usted? María dos Prazeres le contestó muerta de risa:
-Soy puta, hijo. ¿O es que ya no se me nota? El vendedor enrojeció.
-Lo siento.
-Más debía sentirlo yo -dijo ella, tomándolo del brazo para impedir que se descalabrara contra la puerta-. ¡Y ten cuidado! No te rompas la crisma antes de dejarme bien enterrada.
Tan pronto como cerró la puerta cargó el perrito y empezó a mimarlo, y se sumó con su hermosa voz africana a los coros infantiles que en aquel momento empezaron a oírse en el parvulario vecino. Tres me­ses antes había tenido en sueños la revelación de que iba a morir, y desde entonces se sintió más ligada que nunca a aquella criatura de su soledad. Había previsto con tanto cuidado la repartición póstuma de sus cosas y el destino de su cuerpo, que en ese instante hubiera podido morirse sin estorbar a na­die. Se había retirado por voluntad propia con una fortuna atesorada piedra sobre piedra pero sin sacri­ficios demasiado amargos, y había escogido como refugio final el muy antiguo y noble pueblo de Gra­cia, ya digerido por la expansión de la ciudad. Había comprado el entresuelo en ruinas, siempre oloroso a arenques ahumados, cuyas paredes carcomidas por el salitre conservaban todavía los impactos de algún combate sin gloria. No había portero, y en las es­caleras húmedas y tenebrosas faltaban algunos pel­daños, aunque todos los pisos estaban ocupados. María dos Prazeres hizo renovar el baño y la cocina, forró las paredes con colgaduras de colores alegres y puso vidrios biselados y cortinas de terciopelo en las ventanas. Por último llevó los muebles primoro­sos, las cosas de servicio y decoración y los arcenes de sedas y brocados que los fascistas robaban de las residencias abandonadas por los republicanos en la estampida de la derrota, y que ella había ido com­prando poco a poco, durante muchos años, a pre­cios de ocasión y en remates secretos. El único vín­culo que le quedó con el pasado fue su amistad con el conde de Cardona, que siguió visitándola el últi­mo viernes de cada mes para cenar con ella y hacer un lánguido amor de sobremesa. Pero aun aquella amistad de la juventud se mantuvo en reserva, pues el conde dejaba el automóvil con sus insignias he­ráldicas a una distancia más que prudente, y se llegaba hasta su entresuelo caminando por la sombra, tanto por proteger la honra de ella como la suya propia. María dos Prazeres no conocía a nadie en el edificio, salvo en la puerta de enfrente, donde vivía desde hacía poco una pareja muy joven con una niña de nueve años. Le parecía increíble, pero era cierto, que nunca se hubiera cruzado con nadie más en las escaleras.
Sin embargo, la repartición de su herencia le de­mostró que estaba más implantada de lo que ella misma suponía en aquella comunidad de catalanes crudos cuya honra nacional se fundaba en el pudor. Hasta las baratijas más insignificantes las había re­partido entre la gente que estaba más cerca de su corazón, que era la que estaba más cerca de su casa. Al final no se sentía muy convencida de haber sido justa, pero en cambio estaba segura de no haberse olvidado de nadie que no lo mereciera. Fue un acto preparado con tanto rigor que el notario de la calle del Árbol, que se preciaba de haberlo visto todo, no podía darle crédito a sus ojos cuando la vio dictando de memoria a sus amanuenses la lista minuciosa de sus bienes, con el nombre preciso de cada cosa en catalán medieval, y la lista completa de los herederos con sus oficios y direcciones, y el lugar que ocupa­ban en su corazón.
Después de la visita del vendedor de entierros terminó por convertirse en uno más de los numero­sos visitantes dominicales del cementerio. Al igual que sus vecinos de tumba sembró flores de cuatro estaciones en los canteros, regaba el césped recién nacido y lo igualaba con tijera de podar hasta dejar­lo como las alfombras de la alcaldía, y se familiarizó tanto con el lugar que terminó por no entender cómo fue que al principio le pareció tan desolado.
En su primera visita, el corazón le había dado un salto cuando vio junto al portal las tres tumbas sin nombres, pero no se detuvo siquiera a mirarlas, porque a pocos pasos de ella estaba el vigilante in­somne. Pero el tercer domingo aprovechó un des­cuido para cumplir uno más de sus grandes sueños, y con el carmín de labios escribió en la primera lá­pida lavada por la lluvia: Durruú. Desde entonces, siempre que pudo volvió a hacerlo, a veces en una tumba, en dos o en las tres, y siempre con el pulso firme y el corazón alborotado por la nostalgia.
Un domingo de fines de septiembre presenció el primer entierro en la colina. Tres semanas después, una tarde de vientos helados, enterraron a una joven recién casada en la tumba vecina de la suya. A fin de año, siete parcelas estaban ocupadas, pero el in­vierno efímero pasó sin alterarla. No sentía malestar alguno, y a medida que aumentaba el calor y entraba el ruido torrencial de la vida por las ventanas abier­tas se encontraba con más ánimos para sobrevivir a los enigmas de sus sueños. El conde de Cardona que pasaba en la montaña los meses de más calor la encontró a su regreso más atractiva aún que en su sorprendente juventud de los cincuenta años.
Al cabo de muchas tentativas frustradas, María dos Prazeres consiguió que Noi distinguiera su tum­ba en la extensa colina de tumbas iguales. Luego se empeñó en enseñarlo a llorar sobre la sepultura va­cía para que siguiera haciéndolo por costumbre des­pués de su muerte. Lo llevó varias veces a pie desde su casa hasta el cementerio, indicándole puntos de referencia para que memorizara la ruta del autobús de las Ramblas, hasta que lo sintió bastante diestro para mandarlo solo.
El domingo del ensayo final, a las tres de la tar­de, le quitó el chaleco de primavera, en parte porque el verano era inminente y en parte para que llamara menos la atención, y lo dejó a su albedrío. Lo vio alejarse por la acera de sombra con un trote ligero y el culito apretado y triste bajo la cola alborotada, y logró a duras penas reprimir los deseos de llorar, por ella y por él, y por tantos y tan amargos años de ilusiones comunes, hasta que lo vio doblar hacia el mar por la esquina de la Calle Mayor. Quince minutos más tarde subió en el autobús de las Ram­blas en la vecina Plaza de Lesseps, tratando de verlo sin ser vista desde la ventana, y en efecto lo vio entre las parvadas de niños dominicales, lejano y serio, esperando el cambio del semáforo de peatones del Paseo de Gracia.
«Dios mío», suspiró.
«Qué solo se ve».
Tuvo que esperarlo casi dos horas bajo el sol brutal de Montjuich. Saludó a varios dolientes de otros domingos menos memorables, aunque apenas sí los reconoció, pues había pasado tanto tiempo desde que los vio por primera vez, que ya no lleva­ban ropas de luto, ni lloraban, y ponían las flores sobre las tumbas sin pensar en sus muertos. Poco después, cuando se fueron todos, oyó un bramido lúgubre que espantó a las gaviotas, y vio en el mar inmenso un trasatlántico blanco con la bandera del Brasil, y deseó con toda su alma que le trajera una carta de alguien que hubiera muerto por ella en la cárcel de Pernambuco. Poco después de las cinco, con doce minutos de adelanto, apareció el Noi en la colina, babeando de fatiga y de calor, pero con unas ínfulas de niño triunfal. En aquel instante, María dos Prazeres superó el terror de no tener a nadie que llorara sobre su tumba.
Fue en el otoño siguiente cuando empezó a per­cibir signos aciagos que no lograba descifrar, pero que le aumentaron el peso del corazón. Volvió a tomar el café bajo las acacias doradas de la Plaza del Reloj con el abrigo de cuello de colas de zorros y el sombrero con adorno de flores artificiales que de tanto ser antiguo había vuelto a ponerse de moda. Agudizó el instinto. Tratando de explicarse su propia ansiedad escudriñó la cháchara de las vendedoras de pájaros de las Ramblas, los susurros de los hombres en los puestos de libros que por primera vez muchos años no hablaban de fútbol, los hondos vicios de los lisiados de guerra que les echaban ajas de pan a las palomas, y en todas partes en­tró señales inequívocas de la muerte. En Navidad se encendieron las luces de colores entre las acacias, y salían músicas y voces de júbilo por los balcon­es, y una muchedumbre de turistas ajenos a nuestro destino invadieron los cafés al aire libre, pero dentro de la fiesta se sentía la misma tensión reprimida que precedió a los tiempos en que los anarquistas se hicieron dueños de la calle. María dos Prazeres, que había vivido aquella época de grandes pasiones, no conseguía dominar la inquietud, y por primera vez fue despertada en mitad del sueño por zarpazos de pavor. Una noche, agentes de la Seguridad del Estado asesinaron a tiros frente a su ventana un estudiante que había escrito a brocha gorda en el muro: Visca Catalunya lliure.
¡Dios mío -se dijo asombrada-es como si todo se estuviera muriendo conmigo!»
Sólo había conocido una ansiedad semejante siendo muy niña en Manaos, un minuto antes del amanecer, cuando los ruidos numerosos de la noche cesaban de pronto, las aguas se detenían, el tiempo titubeaba, y la selva amazónica se sumergía en un silenció abismal que sólo podía ser igual al de la muerte. En medio de aquella tensión irresistible, el 10 viernes de abril, como siempre, el conde de Cardona fue a cenar en su casa.
La visita se había convertido en un rito. El conde llegaba puntual entre las siete y las nueve de la no­che con una botella de champaña del país envuelta en el periódico de la tarde para que se notara menos, y una caja de trufas rellenas. María dos Prazeres le preparaba canelones gratinados y un pollo tierno en su jugo, que eran los platos favoritos de los catala­nes de alcurnia de sus buenos tiempos, y una fuente surtida de frutas de la estación. Mientras ella hacía la cocina, el conde escuchaba en el gramófono frag­mentos de óperas italianas en versiones históricas, tomando a sorbos lentos una copita de oporto que le duraba hasta el final de los discos.
Después de la cena, larga y bien conversada, ha­cían de memoria un amor sedentario que les dejaba a ambos un sedimento de desastre. Antes de irse, siempre azorado por la inminencia de la media no­che, el conde dejaba veinticinco pesetas debajo del cenicero del dormitorio. Ese era el precio de María dos Prazeres cuando él la conoció en un hotel de paso del Paralelo, y era lo único que el óxido del tiempo había dejado intacto.
Ninguno de los dos se había preguntado nunca en qué se fundaba esa amistad. María dos Prazeres le debía a él algunos favores fáciles. Él le daba con­sejos oportunos para el buen manejo de sus ahorros, le había enseñado a distinguir el valor real de sus reliquias, y el modo de tenerlas para que no se des­cubriera que eran cosas robadas. Pero sobre todo, fue él quien le indicó el camino de una vejez decente en el barrio de Gracia, cuando en su burdel de toda la vida la declararon demasiado usada para los gus­tos modernos, y quisieron mandarla a una casa de jubiladas clandestinas que por cinco pesetas les enseñaban a hacer el amor a los niños. Ella le había contado al conde que su madre la vendió a los ca­torce años en el puerto de Manaos, y que el primer oficial de un barco turco la disfrutó sin piedad durante la travesía del Atlántico, y luego la dejó abandonada sin dinero, sin idioma y sin nombre, en la ciénaga de luces del Paralelo. Ambos eran conscientes de tener tan pocas cosas en común que nunca se sentían más solos que cuando estaban juntos, pero ninguno de los dos se había atrevido a lastimar los cantos de la costumbre. Necesitaron de una conmoción nacional para darse cuenta, ambos al mismo tiempo, de cuánto se habían odiado, y con cuánta ternura, durante tantos años.
Fue una deflagración. El conde de Cardona estaba escuchando el dueto de amor de La Bohéme, cantado por Licia Albanese y Bemamino Gigli, cuando le llegó una ráfaga casual de las noticias de radio que María dos Prazeres escuchaba en la cocina. Se acercó en puntillas y también él escuchó. El general Francisco Franco, dictador eterno de España, había asumido la responsabilidad de decidir el destino final de tres separatistas vascos que acababan de ser condenados a muerte. El conde exhaló un suspiro alivio.
-Entonces los fusilarán sin remedio -dijo-, porque el Caudillo es un hombre justo.
María dos Prazeres fijó en él sus ardientes ojos de cobra real, y vio sus pupilas sin pasión detrás de las antiparras de oro, los dientes de rapiña, las manos híbridas de animal acostumbrado a la humedad y las tinieblas. Tal como era.
-Pues ruégale a Dios que no -dijo-, porque con uno solo que fusilen yo te echaré veneno en la sopa.
El Conde se asustó.
-¿Y eso por qué?
-Porque yo también soy una puta justa.
El conde de Cardona no volvió jamás, y María dos Prazeres tuvo la certidumbre de que el último ciclo de su vida acababa de cerrarse. Hasta hacía poco, en efecto, le indignaba que le cedieran el asien­to en los autobuses, que trataran de ayudarla a cru­zar la calle, que la tomaran del brazo para subir las escaleras, pero había terminado no sólo por admi­tirlo sino inclusive por desearlo como una necesidad detestable. Entonces mandó a hacer una lápida de anarquista, sin nombre ni fechas, y empezó a dormir sin pasar los cerrojos de la puerta para que el Noi pudiera salir con la noticia si ella muriera durante el sueño.
Un domingo, al entrar en su casa de regreso del cementerio, se encontró en el rellano de la escalera con la niña que vivía en la puerta de enfrente. La acompañó varias cuadras, hablándole de todo con un candor de abuela, mientras la veía retozar con el Noi como viejos amigos. En la Plaza del Diamante, tal como lo tenía previsto, la invitó a un helado.
-¿Te gustan los perros? -le preguntó.
-Me encantan -dijo la niña. Entonces María dos Prazeres le hizo la propues­ta que tenía preparada desde hacía mucho tiempo.
-Si alguna vez me sucediera algo, hazte cargo del Noi -le dijo-con la única condición de que lo dejes libre los domingos sin preocuparte de nada Él sabrá lo que hace.
La niña quedó feliz. María dos Prazeres, a su vez, regresó a casa con el júbilo de haber vivido un sueño madurado durante años en su corazón. Sin embargo, no fue por el cansancio de la vejez ni por la demora de la muerte que aquel sueño no se cum­plió. Ni siquiera fue una decisión propia. La vida la había tomado por ella una tarde glacial de noviem­bre en que se precipitó una tormenta súbita cuando salía del cementerio. Había escrito los nombres en las tres lápidas y bajaba a pie hacia la estación de autobuses cuando quedó empapada por completo por las primeras ráfagas de lluvia. Apenas sí tuvo tiempo de guarecerse en los portales de un barrio desierto que parecía de otra ciudad, con bodegas en ruinas y fábricas polvorientas, y enormes furgones de carga que hacían más pavoroso el estrépito de la tormenta. Mientras trataba de calentar con su cuer­po el perrito ensopado, María dos Prazeres veía pa­sar los autobuses repletos, veía pasar los taxis vacíos con la bandera apagada, pero nadie prestaba aten­ción a sus señas de náufrago. De pronto, cuando ya parecía imposible hasta un milagro, un automóvil suntuoso de color del acero crepuscular pasó casi sin ruido por la calle inundada, se paró de golpe en la esquina y regresó en reversa hasta donde ella estaba. Los cristales descendieron por un soplo mágico, y el conductor se ofreció para llevarla.
-Voy muy lejos -dijo María dos Prazeres con sinceridad-. Pero me haría un gran favor si me acer­ca un poco.
-Dígame adonde va -insistió él.
-A Gracia -dijo ella. s La puerta se abrió sin tocarla.
-Es mi rumbo -dijo él-. Suba. ' En el interior oloroso a medicina refrigerada, la lluvia se convirtió en un percance irreal, la ciudad cambió de color, y ella se sintió en un mundo ajeno y feliz donde todo estaba resuelto de antemano. El conductor se abría paso a través del desorden del tránsito con una fluidez que tenía algo de magia. María dos Prazeres estaba intimidada, no sólo por su propia miseria sino también por la del perrito de lástima que dormía en su regazo.
-Esto es un trasatlántico -dijo, porque sintió que tenía que decir algo digno-Nunca había visto nada igual, ni siquiera en sueños.
-En realidad, lo único malo que tiene es que no es mío -dijo él, en un catalán difícil, y después de una pausa agregó en castellano-: El sueldo de toda la vida no me alcanzaría para comprarlo.
-Me lo imagino -suspiró ella.
Lo examinó de soslayo, iluminado de verde por el resplandor del tablero de mandos, y vio que era casi un adolescente, con el cabello rizado y corto, y un perfil de bronce romano. Pensó que no era bello, pero que tenía un encanto distinto, que le sentaba muy bien la chaqueta de cuero barato gastada por el uso, y que su madre debía ser muy feliz cuando lo sentía volver a casa. Sólo por sus manos de labriego se podía creer que de veras no era el dueño del automóvil.
No volvieron a hablar en todo el trayecto, pero también María dos Prazeres se sintió examinada de soslayo varias veces, y una vez más se dolió de se­guir viva a su edad. Se sintió fea y compadecida, con la pañoleta de cocina que se había puesto en la ca­beza de cualquier modo cuando empezó a llover, y el deplorable abrigo de otoño que no se le había ocurrido cambiar por estar pensando en la muerte.
Cuando llegaron al barrio de Gracia había em­pezado a escampar, era de noche y estaban encen­didas las luces de la calle. María dos Prazeres le in­dicó a su conductor que la dejara en una esquina cercana, pero él insistió en llevarla hasta la puerta de la casa, y no sólo lo hizo sino que estacionó sobre el andén para que pudiera descender sin mo­jarse. Ella soltó el perrito, trató de salir del automó­vil con tanta dignidad como el cuerpo se lo permi­tiera, y cuando se volvió para dar las gracias se en­contró con una mirada de hombre que la dejó sin aliento. La sostuvo por un instante, sin entender muy bien quién esperaba qué, ni de quién, y entonces él le pregunto con una voz resuelta:
-¿Subo?
María dos Prazeres se sintió humillada.
-Le agradezco mucho el favor de traerme -dijo-, pero no le permito que se burle de mí.
-No tengo ningún motivo para burlarme de na­die -dijo él en castellano con una seriedad termi­nante-. Y mucho menos de una mujer como usted.
María dos Prazeres había conocido muchos hombres como ése, había salvado del suicidio a muchos otros más atrevidos que ése, pero nunca en su larga vida había tenido tanto miedo de decidir. Lo oyó insistir sin el menor indicio de cambio en la voz:
-¿Subo?
Ella se alejó sin cerrar la puerta del automóvil, y le contestó en castellano para estar segura de ser entendida.
-Haga lo que quiera.
Entró en el zaguán apenas iluminado por el res­plandor oblicuo de la calle, y empezó a subir el pri­mer tramo de la escalera con las rodillas trémulas, sofocada por un pavor que sólo hubiera creído po­sible en el momento de morir. Cuando se detuvo frente a la puerta del entresuelo, temblando de an­siedad por encontrar las llaves en el bolsillo, oyó los dos portazos sucesivos del automóvil en la calle. Noi, que se le había adelantado, trató de ladrar. «Cálla­te», le ordenó con un susurro agónico. Casi ense­guida sintió los primeros pasos en los peldaños suel­tos de la escalera y temió que se le fuera a reventar el corazón. En una fracción de segundo volvió a examinar por completo el sueño premonitorio que le había cambiado la vida durante tres años, y com­prendió el error de su interpretación.
«Dios mío», se dijo asombrada. «¡De modo que no era la muerte!»
Encontró por fin la cerradura, oyendo los pasos contados en la oscuridad, oyendo la respiración cre­ciente de alguien que se acercaba tan asustado como ella en la oscuridad, y entonces comprendió que ha­bía valido la pena esperar tantos y tantos años, y haber sufrido tanto en la oscuridad, aunque sólo hu­biera sido para vivir aquel instante.


Mayo 1979.