lunes, 17 de noviembre de 2008

El Cajón





- En el nombre del padre del hijo y del espíritu santo , amen – dijo el cura – demos nuestra oración a la familia del fallecido y vámonos retirando , la misa a concluido – el coro empezó a cantar .

Las mujeres sacaron las flores del camino y los seis hombres de terno negro tomaron el cajón por ambos lados hasta llevarlo a la carroza la cual ,a transito lento ,paso por veinte cuadras hasta llegar al cementerio general con toda la caravana tras de el . Sacaron el cajón y se dirigieron al nicho donde un familiar de Federico Miñambres Maldonado dio un agradecimiento a todos los presentes luego una gran amiga daría un sentido discurso agradeciendo al fallecido por todo lo que la había ayudado luego de que su casa se incendiara , seguido de esta un miembro de un partido político agradeció la labor de militante y su gran aporte a la institución , finalmente la esposa abrió el cajón y por la ventanilla de vidrio ,la cual se veía el rostro del cadáver , le mando un beso . Dos trabajadores del cementerio metieron con cuidado el cajón de forma horizontal poniendo todas las flores para tapar el nicho que mañana serio sellado con cemento.

Y en eso despertó, ya eran las cuatro de la madrugada y no puedo ver nada , se intento mover pero el espacio era muy reducido , separo las manos que tenia juntas y la desesperación lo comenzó a envolver , por suerte no sufría de claustrofobia ya que eso significaría un suplicio mayor . Empezó a golpear el cajón con todas sus fuerzas pero no logro ni romper el vidrio que mostraba su rostro , una plancha de metal atornillada estaba sobre el , ningún humano seria capaz de sacar esa plancha , a raíz de todo esto y de no poder hacer nada , Federico se tomo un respiro y cerro los ojos ya que prefería su oscuridad interna que la externa , pensó que hacia allí , ¿ como llego allí ? replicaba en su cabeza .

Empezaba a ordenar el rompecabezas pieza a pieza , recordó un almuerzo familiar , una pelea en la mesa , una posterior reconciliación , y en su cama un horrible dolor al pecho que aun allí en el cajón lo aquejaba , de ese recuerdo en adelante solo sonidos y olores , el sonido de la ambulancia ,del llanto de su mujer , del olor a algodón y alcohol del hospital , de la visita esporádica de los médicos que auguraban un mal porvenir para el paciente , su ultimo recuerdo son los sonidos de esa maquina de urgencias que ve los latidos del corazón la cual sonaba solo un pitido , ese pitido de línea recta que significa el adiós , luego despertó en ese maldito cajón .

Tuvo dudas , ¿ y si estaba muerto ? , ¿ si su alma se había quedado atrapada en el cajón ?, ¿ cuanto demoraría en morir ? . ¿ porque no murió ? , todas sus dudas se despejaron al sentir a las nueve AM de la mañana un temblor bastante fuerte que empujo su cajón al piso fuera del nicho quedando tirado en medio del cementerio , esta era su oportunidad , cuando lo vinieran a levantar , gritaría con todas sus fuerzas , de lejos se escucharon dos voces y rápidos pasos , fue allí donde lo tomaron , Federico tomo todo el aire que pudo , pero días sin agua , y un profundo ahogo a causa del dolor del pecho hicieron reproducir gritos con la amplitud de un susurro sin oírle nadie , y con su cuerpo agotado solo pudo dar golpecitos causando un ruido casi nulo , al volver a su posición original , escucho a los dos tipos hablar de traer la lapida y el cemento , las flores que cubrían el nicho las venderían en la pérgola de las flores .


Sentía la espátula con cemento pasar por los bordes, y con su imaginación veía al viejo en una escalera colocando el clavo y poniendo la lapida en su lugar , dejando la luz del día nula , recordó que no estaba solo ya que a su lado dos cajones lo acompañaban y uno en pleno proceso de descomposición , su tío Alberto , que había muerto hace tres meses atrás y que expedía un hedor que provoco arcadas a Federico , que por su propio bien aguanto el vomito devolviéndolo a su estomago , buena decisión, ya que si vomitaba su propio hedor en el cajón seria insoportable . Federico se dio cuenta que solo podía mover la mitad de su cuerpo y que podía mover un solo ojo , en su largo tiempo libre intento practicar movilidad para no volverse loco , al cabo de diez días lo fue a visitar su amante , la cual le hablo sin lograr escuchar ni la mitad de lo que dijo ya que la capa de concreto se lo impedía . Quince días después de esa visita Federico tenia tanta hambre que la fatiga lo había consumido , aunque había logrado recuperar toda la movilidad de casi todo su cuerpo este ya no le respondía por hambre .

Pasaron diez años y la lapida se abrió , se saco el cajón , dos nuevos cajones habían ingresado desde ese entonces y el nicho ya no tenia espacio, entonces se debían hacer las reducción del tío Alberto y de Federico , al abrir el cajón del tío Alberto sus huesos estaban en perfecto orden , una posición serena y tranquila , al abrir el cajón de Federico , este aun no se había descompuesto del todo y tenia sus manos agarradas a su cara con todos sus cachetes rotos por sus propias uñas al punto de rasguñar su mandíbula ósea , en sus últimos días Federico tuvo miedo y su desesperación lo llevo a romperse la cara para morir mas rápido , los que abrieron el cajón eran los mismos que lo levantaron del suelo hace diez años, estaban espantados , uno juro haber oído algo en ese momento .
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